AIX

Recuerdo cuando me guardabas bajo tus brazos junto al río.

Recuerdo nuestras lecciones de español matutinas.

Recuerdo nuestros abrazos y nuestro llanto unido.

No sé de dónde vinieron los que en estas tierras cayeron...
Sé que atraes a los que tienen mi nombre en mayoría... como la miel nos atrae.


Nunca recé en tus calles, nunca supe más, nunca supe mejor... sólo estaba en ti por casualidad.

Y tu luz, penetrante y confesoria. Envolvente.
Contradictoria y asesina, producto de incansables chispas y festividades líricas... me dio tanto...

Música y ganancia.

Pero sabes, esas noches, solitarias, ausentes, melancólicas y llenas de un sin fin de calificativos vacuos y portadores de enfermedades; quedaron en mi memoria congeladas...

Esperando llegar yo mismo a mí... a una parte inconclusa abandonada... vieja, oscura.

Es una gruta, húmeda, hermosa... con pinturas rupestres, una banca romántica, música de fondo y caramelos en las esquinas. Excelente.